Roma es el único trono apostólico: 24 citas de Alejandría, Antioquía y Chipre
Listener Steward febrero 27, 2013 0 COMMENTS
Colaborador de SPL en 2013-01-30 •
Lister, al catalogar las citas de Alejandría, Antioquía y Chipre, concluimos nuestro tema de los Padres de la Iglesia del Este Antiguo que apoyaron el Ministerio Petrino. Aunque estas citas han sido publicadas en varios lugares, SPL quisiera nuevamente dar crédito al recurso católico de calidad Fisheaters por compilar la lista. Las citas se centran en imágenes distintas del Ministerio Petrino, por ejemplo, las Llaves del Reino, el Príncipe de los Apóstoles, el Trono Apostólico, etc.,
Alejandría
San Pedro, obispo de Alejandría (306-311) Director de la escuela de catequesis de Alejandría, se convirtió en obispo alrededor del año 300 d.C., reinó durante unos once años y murió como un mártir.
Pedro, por encima de los apóstoles. (Pedro de Alejandría, Canon. Ix, Galland, iv. P. 98)
San Antonio de Egipto (330)
Pedro, el Príncipe de los Apóstoles (Anthony, Epist. Xvii. Galland, iv p. 687)
San Atanasio (362)
Roma se llama trono apostólico. (Atanasio, Hist. Arian, ad Monach. N. 35)
El Jefe, Pedro. (Athan, In Ps. Xv. 8, tom. Iii. P. 106, Migne)
San Macario de Egipto (371)
El Jefe, Pedro. (Macarius, De Patientia, n. 3, p. 180)
Pedro sucedió a Moisés, quien había confiado en sus manos la nueva Iglesia de Cristo y el verdadero sacerdocio. (Macario, Hom. Xxvi. N. 23, p. 101)
San Cirilo de Alejandría (c. 424)
Permitirá que ya no se llame Simón, ejerciendo autoridad y dominio sobre él ya convertido en Suyo. Por un título adecuado a la cosa, cambió su nombre a Pedro, de la palabra “petra” (roca); porque sobre Él iba a fundar después Su Iglesia.
(Cyril, T. iv. Comm. En Joan., P. 131 Él (Cristo)
El promete fundar la Iglesia, asignándole inamovibilidad, ya que es el Señor de la fuerza, y sobre esto pone a Pedro como pastor.
(Cyril, Comunicado en Matt., Ad loc.)
Por lo tanto, cuando el Señor insinuó la negación del discípulo con las palabras que usó: ‘He rogado por ti para que tu fe no falte’, inmediatamente presentó una palabra de consuelo y dijo (a Pedro): ‘Y haz tú, una vez convertido, fortalece a tus hermanos. ‘Es decir,’ Sé un apoyo y un maestro de aquellos que por la fe vienen a mí. ‘Una vez más, maravíllate también de la perspicacia de ese dicho y de la integridad de la Divina dulzura de espíritu. Porque para que no reduzca al discípulo a la desesperación ante la idea de que después de su negación tendría que ser excluido de la gloriosa distinción de ser un apóstol, lo llena de buena esperanza de que alcanzará las buenas cosas prometidas. … ¡Oh misericordia! El pecado aún no había sido cometido, y Él ya extiende Su perdón y lo coloca (Pedro) nuevamente en su oficio apostólico.
(Cyril Comm. Sobre el Evangelio de Lucas)
Porque el maravilloso Pedro, vencido por un miedo incontrolable, negó al Señor tres veces. Cristo sana el error cometido y exige de diversas maneras la triple confesión… Porque aunque todos los santos discípulos huyeron,… aún así, la falta de Pedro en la triple negación fue, además, especial y peculiar a él mismo. Por tanto, mediante la triple confesión del bienaventurado Pedro, se eliminó la falta de la triple negación. Además, por el dicho del Señor: Apacienta mis corderos, debemos entender una renovación, por así decirlo, del Apostolado que ya se le había dado, lavando la deshonra de su caída y la pequeñez de la enfermedad humana.
(Cirilo, Comunicado sobre el Evangelio de Juan).
Ellos (los Apóstoles) se esforzaron por aprender a través de uno, ese preeminente, Pedro. (Cirilo, Ib. 1. ix. Pág. 736). Y aun el bendito Pedro, aunque puesto sobre los santos discípulos, dice: Señor, esté lejos de ti, esto se hará contigo.
(Cirilo, ibid. 924).
Si el mismo Pedro, el príncipe de los santos discípulos, se escandalizó en alguna ocasión, y de repente exclamó: “Señor, lejos de Ti”, ¿qué maravilla que la tierna mente de una mujer se deje llevar? (Cirilo, ibid, p. 1064)
De aquí también aprenderemos que el Espíritu es Dios. Que el príncipe de los Apóstoles, a quien ‘carne y sangre’, como dice el Salvador, ‘no reveló’ el misterio Divino, le dice a Ananías: ‘¿Por qué Satanás tentó tu corazón? (Cirilo, T. v. Par. 1. Tesauro. Pág. 340)
Además de todo esto, pase al frente ese líder de los santos discípulos, Pedro, quien, cuando el Señor, en cierta ocasión, le preguntó: “¿A quién me ¿En decir que el Hijo del Hombre es? ‘, gritó instantáneamente:’ Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente ‘(Cyril, T. v. P.2, Hom. viii. De Fest. Pasch. p. 105)
“Si no te lavo, no tendrás parte conmigo”. Cuando el Corifeo (Pedro) escuchó estas palabras, comenzó a cambiar. (Cirilo, Ib. Hom.)
Este valiente (Julián), además de todo esto, se queja de Pedro, el elegido de los santos Apóstoles. (Cyril, T. vi.l. ix. Contr. Julian. P. 325).
Eulogio de Alejandría (581) Nacido en Siria, se convirtió en abad del monasterio de la Madre de Dios en Antioquía. En 579, fue nombrado Patriarca de Alejandría; y se convirtió en socio de San Gregorio el Grande mientras visitaba Constantinopla. Gran parte de su correspondencia posterior aún se conserva.
Ni a Juan, ni a ningún otro de los discípulos, nuestro Salvador le dijo: “Te daré las llaves del Reino de los Cielos”, sino solo a Pedro. (Eulogius, Lib. Ii. Cont. Novatian. Ap. Photium, Biblioth, cod.280)
Antioquía
Teodoreto, obispo de Ciro en Siria (450) Nacido en Antioquía, Theodoret gobernó bajo el Patriarca de Antioquía.
El gran fundamento de la Iglesia fue sacudido y confirmado por la gracia divina. Y el Señor le ordenó que aplicara ese mismo cuidado a los hermanos. “Y tú”, dice Él, “convertido, confirma a tus hermanos” (Theodoret, Tom. Iv. Haeret. Fab. Lib. V.c. 28).
‘Porque como yo’, dice, ‘no te desprecié cuando te arrojaron, así sé tú un apoyo para tus hermanos en la angustia, y la ayuda con la que fuiste salvo la impartes tú mismo a los demás, y no los exhortes mientras estén en peligro. Tambaleándose, pero levántelos en su peligro. Por esta razón también te permito que resbales, pero no te dejo caer, ganando así firmeza para los que son arrojados. ” Así que esta gran columna sostuvo el mundo que se tambaleaba y se hundía, y no permitió que cayera del todo y dio recupera la estabilidad, habiendo recibido la orden de alimentar a las ovejas de Dios. (Theodoret, Oratio de Caritate en J. P. Minge, ed., Partrologiae Curses Completus: Series Graeca).
Por tanto, ruego a vuestra santidad que convenza al santísimo y bendito obispo (el Papa León) para que utilice su poder apostólico y me ordene que me apresure a acudir a vuestro Concilio. Porque ese santísimo trono (Roma) tiene la soberanía sobre las iglesias en todo el universo por muchos motivos. (Theodoret, Tom. IV. Epist. Cxvi. Renato, p. 1197).
Si Pablo, el heraldo de la verdad, la trompeta del Espíritu Santo, se apresuró al gran Pedro, para llevar de él la solución a los de Antioquía, que estaban en discusión acerca de vivir bajo la ley, cuánto más nosotros, pobres y humilde, corre al Trono Apostólico (Roma) para recibir de ti (Papa León) la curación de las heridas de las Iglesias. Porque te corresponde tener primacía en todas las cosas; porque tu trono está adornado con muchas prerrogativas. (Theodoret Ibid, Epístola Leoni)
Chipre
San Epifanio, arzobispo de Salamina (385)
Por tanto, los santos son llamados templo de Dios, porque el Espíritu Santo habita en ellos; como testifica el Jefe de los Apóstoles, el que fue hallado bendecido por el Señor, porque el Padre se lo había revelado. Entonces el Padre le reveló a su verdadero Hijo; y el mismo (Pedro) revela además al Espíritu Santo. Esto fue apropiado en el Primero de los Apóstoles, esa Roca firme sobre la cual está edificada la Iglesia de Dios, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Las puertas del infierno son herejes y herejes. Porque en todo sentido fue confirmada la fe en el que recibió las llaves del cielo; que desata en la tierra y ata en el cielo. Porque en él se encuentran todas las cuestiones sutiles de la fe. Fue ayudado por el Padre para ser (o laico) el fundamento de la seguridad (firmeza) de la fe. Él (Pedro) escuchó del mismo Dios, “apacienta mis corderos”; a él le confió el rebaño; lidera el camino admirablemente en el poder de su propio Maestro. (Epifanio, T. ii. En Anchor).
Sergio, metropolitano de Chipre (649)
Escribiendo al Papa Theodore: Oh Santa Cabeza, Cristo nuestro Dios ha destinado tu Sede Apostólica a ser un fundamento inamovible y un pilar de la Fe. Porque tú eres, como verdaderamente dice el Verbo Divino, Pedro, y sobre ti como piedra fundamental se han fijado los pilares de la Iglesia. (Sergio Ep. Ad Theod. Lecta en Ses. Ii. Concil. Lat. Anno 649)
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